Un siglo después del prestigioso duelo, Opel participa en 2014 con sus coches de competición históricos. También en la pista: el “Monstruo Verde” de 1912 con motor de 12,3 litros. Reminiscencias de los orígenes: la pista original casi no ha cambiado.

El Gran Premio de Lyon está considerado como el origen de todo tipo de competición automovilística, incluyendo la Fórmula 1. En el evento de 1914, Opel inscribió tres coches de carreras. Ahora, 100 años después, la marca ha vuelto a la exhibición centenaria, que se ha celebrado este pasado fin de semana, con esos mismos coches, además de un Opel muy especial: el famoso “Monstruo Verde” con su motor de 12,3 litros, 260 CV y 700 Nm de par. Estos coches han dado a los espectadores actuales toda una experiencia de la visión y el sonido que cautivó al público hace un siglo.

  • Gran Premio de Lyon de 1914: Duelo franco – alemán

El 4 de julio de 1914, víspera de la Primera Guerra Mundial y a pesar de las múltiples tensiones en Europa, el Automóvil Club de Francia (ACF) mantuvo su primer Gran Premio de Lyon. El Gran Premio del ACF había sido un evento anual disputado en diferentes escenarios desde 1906. Era lo más destacado de la temporada europea de competiciones y el antecesor de la moderna competición automovilística profesional actual.

La competición de 1914 incluía la participación de 14 fabricantes representando a seis países, en una agotadora carrera de 750 kilómetros. Opel inscribió tres coches de carreras. Al volante del coche que partía con el número 2, fue contratado el piloto de Opel Carl Jörns, sin duda el mejor piloto de Rüsselsheim. Los otros dos coches blancos estaban tenían al volante a Emil Erndtmann y Franz Breckheimer. Como era costumbre en aquellos tiempos, los conductores estaban acompañados por mecánicos, cuya misión era controlar los indicadores y agujas e incrementar la presión del depósito de combustible con una bomba de mano en caso de necesidad. Los mecánicos también tenían que ayudar durante las paradas y solventar cualquier ocurrencia o imprevisto que pudiera suceder.

Según la nueva normativa de 1914, los coches de Grand Premio tenían que tener un motor de 4,5 litros y el peso limitado a 1.100 kg. La tecnología de los coches Opel era impresionante: cuatro válvulas por cilindro distribución vertical y árbol de levas en culata. También era obligatoria la utilización de un árbol de transmisión en sustitución de la habitual cadena.

Los Opel tenían una afilada carrocería “torpedo” que contribuía a que pudieran alcanzar una velocidad máxima de 160 km/h. Como era habitual en esos tiempos, las ruedas delanteras no tenían freno. Solo las ruedas traseras tenían frenos de tambor que se activaban con una palanca. Otro freno que se hacía funcionar con el pedal del pie derecho era un pequeño tambor sensible a la temperatura que actuaba en el árbol de transmisión. El pedal del acelerador estaba en el centro, con el embrague a la izquierda. Las marchas de la caja de cambios de cuatro velocidades sin sincronizadores, se cambiaban a través de una palanca en el exterior.

Friedrich “Fritz” Opel, hijo de Adam, fundador de la marca Opel, viajó hasta Lyon para apoyar a sus conductores. El Gran Premio del ACF no tenía lugar en una pista de carreras, sino que se utilizaban vías públicas que se cerraban y preparaban especialmente para la carrera. La salida y meta del circuito de 36,7 km de largo, al que había que dar veinte vueltas, estaba en Brignais, al sudeste de Lyon, donde una gran pizarra mantenía a los espectadores al corriente del desarrollo de la carrera. También había tribunas en otras localizaciones del recorrido, pero la mayoría de los alrededor de 300.000 entusiastas del Gran Premio lo seguían directamente desde el borde de la carretera.

Opel empezó desde la primera fila. Carl Jörns estaba junto al piloto húngaro Ferenc Szisz, conduciendo un Alda francés, que era una estrella internacional y el ganador del primer Gran Premio en 1906. Las posiciones de partida se decidían en un sorteo, ya que entonces no había tandas de clasificación entonces.

Como presagio de los que iba a ocurrir, la carrera se desarrolló como un duelo entre fabricantes de naciones que poco después estarían en guerra uno contra el otro –Alemania y Francia. Aunque también participaban en la carrera fabricantes de otros países difícilmente tenían alguna opción en la competición. Carl Jörns hizo una buena carrera y después de más de ocho horas conduciendo terminó en décimo lugar.

  • Gran Premio de Lyon de 2014: Carrera de demostración de los coches de Gran Premio más atractivos.

Los tres coches de Opel de 1914 estuvieron en la salida de la celebración este año del centenario. Uno de ellos es de la colección histórica de Adam Opel AG y otro ha sido prestado por su propietario de Munsterland. El tercer Opel ha hecho un largo viaje, ya que siendo el propio coche de Carl Jörns, ha tenido que venir desde California. Como ocurrió hace un siglo, el centro de la pista que casi se mantiene igual, fue de nuevo en Brignais.

Otro destacado participante llamó la atención: Opel Classic inscribía su “Monstruo Verde”. Este también data de 1914, pero su impresionante motor de 12,3 litros le impedía participar en el Gran Premio de ACF. Hoy, esto no es un problema ya que el Gran Premio de Lyon de 2014 no es una carrera, sino una prueba de demostración de coches históricos. Este evento estaba abierto a todos los coches sport y de competición construidos antes de 1956.