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Hace ya 50 años que SEAT lanzó uno de los modelos más importantes para la marca y para la sociedad española: el SEAT 124, presentado en el Salón del Automóvil de Barcelona de 1968 y lanzado al mercado, precisamente, durante el mes de mayo. Un automóvil con el que muchos españoles comenzaron a tener consciencia de formar parte de una incipiente clase media, como ocurría ya en gran parte de Europa.

El 124 presumía de ofrecer gran confort de rodadura, elegancia y altos estándares de seguridad. Si comparamos estos criterios de seguridad con lo que ofrece un automóvil a día de hoy, transcurridos cincuenta años, el SEAT 124 parece no ofrecer más que una mejorada estabilidad del vehículo para la época. Elementos totalmente habituales hoy que pasan desapercibidos como los cinturones de seguridad, reposacabezas, los espejos retrovisores o circuito doble de frenos con servofreno, no aparecían en la lista de equipamientos del 124.

El SEAT 124 fue el turismo de la clase media española en la década de los sesenta y setenta, un vehículo de tres volúmenes, homologado para cinco pasajeros con dos banquetas delante y un asiento corrido detrás, un amplio maletero de 385 litros y un equipamiento austero, aunque completo para la época.

Cincuenta años después, la tendencia del mercado demanda claramente los vehículos de categoría SUV –Sport Utility Vehicle–, en detrimento de las características berlinas de tres volúmenes. De hecho, mientras que este segmento está perdiendo peso en el mercado, el de los SUV compactos, por ejemplo, ha duplicado sus ventas desde el año 2016. Así, la demanda de este tipo de vehículos es muy alta por las familias y nuevas generaciones. Por este motivo podríamos considerar que el SEAT Ateca, hoy día, podría tratarse del sucesor del 124, un SUV para la amplia clase media por antonomasia. Destaca su excelente capacidad rutera y confort de marcha, un increíble espacio habitable para cinco personas con un maletero de grandes dimensiones –entre 510 y 485 litros para las versiones 4Drive–, y una mayor altura libre al suelo que aporta más comodidad para acceder al habitáculo.

Su excelente dinamismo se debe, principalmente, al ligero peso del conjunto, un centro de gravedad muy bajo pese a su naturaleza SUV, una arquitectura de suspensión realmente eficaz en carretera y, por supuesto, a un alto nivel de seguridad gracias a los materiales empleados para la construcción del chasis, su gran estabilidad y un completo equipamiento de serie y en opción, en cuanto a seguridad activa –elementos de seguridad destinados a evitar o disminuir el riesgo de que se produzca un accidente–, pasiva –encargados de reducir las consecuencias de un accidente una vez que éste se ha producido–  y preventiva –aquellos mecanismos que influyen en el conductor para evitar que se produzca un accidente–.

Por el contrario, la aparición del SEAT 124 supuso un enorme salto evolutivo al final de los años 60, cuando predominaba el 600. El nuevo turismo permitía a las familias emprender un viaje asegurando un confort prácticamente desconocido hasta la fecha, y donde la baca del techo ya no era imprescindible para transportar el equipaje. El mismo año que se presentó, fue elegido “Coche del Año 1968” en España, y es que la acertada estrategia de SEAT con el lanzamiento del 124 permitió a la marca española adentrarse en uno de los segmentos de mayor crecimiento en la Europa de la época: el de los turismos de nivel medio o medio/bajo.

Una situación muy similar a lo que vivimos hoy con el SEAT Ateca, debido a la alta demanda de vehículos SUV de tamaño compacto, y que también ha sido galardonado con el premio ABC al “Mejor Coche del año 2017” en España, además de un increíble palmarés con más de 14 reconocimientos por parte de la prensa del motor.

Por todo, aunque el SEAT 124 y el Ateca no permiten comparación, ambos modelos han sabido consolidar las ventas y, por tanto, a la marca española en los diferentes contextos. Asimismo, han aportado grandes souciones a la movilidad de la sociedad española, cada uno de ellos enmarcados en una evolución muy diferente. Por otro lado, tal y como hemos visto, la acogida del público y de la prensa especializada en motor, cincuenta años después, ha sido inmejorable en ambos modelos.

1968: nace el SEAT 124

SEAT, durante la década de los sesenta sigue produciendo y vendiendo el 600 con gran éxito, pero además lanza el nuevo 1400, seguido del 1500, el 850 y el 850 Coupé hasta que, en 1968 aparece el SEAT 124, el coche que hoy homenajeamos por su 50 aniversario. Con él, se constituyó la primera gama de vehículos de la compañía española.

La industria automovilística europea comenzó a gestar el asentamiento de los turismos de nivel bajo, o medio/bajo, un segmento en el que SEAT no podía quedarse fuera y para el cual todos sus rivales ya estaban preparando modelos específicos. SEAT decidió apostar por el 124, un modelo de configuración tradicional, de motor delantero longitudinal y propulsión trasera, que ya estaba disponible en Italia desde hacía dos años. En España, su estreno tiene lugar durante el Salón del Automóvil de Barcelona, en mayo de 1968.

El 124 se dio a conocer como “el coche del sentido común” por su carrocería de tamaño medio, gran espacio habitable y unas prestaciones y manejo que le asemejan a las de modelos superiores, principalmente por su baja cilindrada y reducido peso del conjunto. El 124 rivalizaba prácticamente con su hermano mayor, el 1500, por ofrecer precisamente una amplitud muy similar y un maletero realmente importante con 385 litros de capacidad y formas muy regulares. Con algo más de 4 metros de longitud, esta práctica berlina con capacidad para cinco pasajeros tenía un diseño mucho más moderno y juvenil, con la palanca de cambios ubicada en el piso y no bajo el volante. Sus prestaciones y comportamiento le acercaban bastante a lo que cabía esperar de una berlina deportiva, gracias a su reducido peso de 855 kg, un motor de baja cilindrada –1.197 cm3– que ofrecía 60 CV de potencia, con cinco apoyos de bancada (en lugar de los habituales tres apoyos del cigüeñal) y, como gran novedad, la inclusión de cuatro discos de freno. Seguía manteniendo la estructura del 1500, con un eje rígido propulsor trasero y una dirección de tornillo y rodillo.

El SEAT 124 estaba disponible desde 144.432 pesetas (con impuestos), mientras que el mítico 600 costaba 74.592 pesetas (con impuestos). Teniendo en cuenta que, según la prensa de la época, el salario medio en España durante el año 1968 era de 70.709,83 pesetas, el SEAT 124 se convirtió en la cómoda y moderna berlina familiar de producción nacional, con el que la sociedad española aumenta su convencimiento de pertenencia a la clase media europea que tanto se deseaba.

Viajar en familia en un 124, la evolución de la clase media

La aparición del 124 puso fin al desafío que suponía viajar con la familia y su equipaje por las carreteras de la época, donde el paso del SEAT 600 al 124 no tiene parangón. Todavía no deja de sorprendernos la capacidad del habitáculo que ofrecía el “pelotilla”, capaz de albergar hasta cinco miembros de la familia y el equipaje más imprescindible albergado entre el maletero, la baca del techo y los muchos huecos de los que disponía.

El SEAT 124 llega en 1968 para cubrir todas las necesidades de una clase media cada vez más amplia, que demandaba viajar con mayor comodidad, confort y elegancia que en el 600, y, a su vez, requería una mayor potencia y capacidad dinámica para solventar sin complicaciones cualquier carretera.

Con un depósito de combustible de 39 litros –que más tarde alcanzaría los 45 litros por la versión de carrocería familiar 5 puertas–, ya no era imprescindible estudiar todos los trayectos incluyendo paradas para repostar, ni tampoco prever las paradas para ayudar a refrigerar el motor o los descansos necesarios en un 600 tras afrontar varios kilómetros sujetando su dura dirección. En este sentido, el 124 continúa montando una dirección de tornillo sinfín y rodillo, pero mucho más comoda que la del SEAT 600. Sin embargo, prestar atención a las predicciones del ‘hombre del tiempo’ seguía siendo necesario, puesto que el comportamiento de los vehículos en las carreteras de la época cambiaba radicalmente en función de la climatología.

Sin dirección asistida ni servofrenos, conducir cualquier coche en los sesenta suponía tener manos y prestar mucha atención a la conducción en todo momento, a pesar de la evolución del SEAT 124.

Radiografía del SEAT 124

A lo largo de los 14 años durante los que se comercializó el SEAT 124 –entre 1968 y 1981–, fueron muchos los modelos y versiones que surgieron. Además, un año después de su nacimiento aparece el SEAT 1430, modelo de gran relación y dependencia con el 124, ya que compartían plataforma, carrocería y mecánica. Curiosamente, ambos vehículos fueron elegidos “Coche del Año” en España: en 1968 se le otorgó al 124, en 1969 al 1430 y, en 1970, también para la versión exclusiva 124 Sport Coupé 1600.

La primera versión del 124 se haría famosa también el 15 de julio de 1969 por alcanzar la cifra 1 millón de vehículos SEAT producidos desde su nacimiento en 1950. El modelo fue denominado SEAT 124 “1 Millón” y la Colección de Coches Históricos de la marca lo guarda a buen recaudo entre el resto de modelos. El primer 124 incluiría también una versión de lujo, que se repetiría en prácticamente todos los sucesivos modelos del turismo de SEAT, al igual que sucede con las versiones familiares –ranchera–, denominado 124 5 puertas.

En 1969 aparece el 1430, como decíamos anteriormente, con un 20 % más de cilindrada que el 124. Este modelo tuvo una famosa versión para la agrupación de tráfico de la Guardia Civil. Tanto el 124 como el 1430, en sus versiones de carrocería familiar (5 puertas), también tuvieron versiones Ambulancia.

Al año siguiente, SEAT lanza el 124 Sport Coupé 1600, un espectacular modelo con carrocería de coupé clásico con cuatro plazas y quinta marcha, por vez primera entre los coches nacionales. Este modelo fue un claro ejemplo del avance social que se sucedía en España, ya que hasta ahora, este tipo de vehículos sólo eran coches de ensueño. Más adelante, tuvo una versión 1800 de mayor cilindrada.

Hasta 1971, fueron muchas las mejoras que recibieron el 124 y el 1430. A partir de ese año SEAT lanza el 124-D, un modelo mucho más refinado que incluía doble circuito de frenos y neumáticos radiales.

En 1973 aparece el 124-LS con 65 CV y un equipamiento y acabado similar al 1430. Por su parte, en ese mismo año el 1430 “potenciado” ofrece 75 CV y se lanza una versión que daría mucho que hablar: el 1430 Especial 1600, más conocido por el público como FU 00, por las letras de identificación del chasis. Este modelo alcanza los 95 CV de potencia, con un comportamiento realmente deportivo que incluso consiguió ser homologado para rallyes, como Grupo 2 (adaptación de ciertos elementos sobre un vehículo de serie para determinadas categorías de competición) y Grupo 1 (turismo de serie). Gracias a este modelo, las homologaciones pertinentes y el éxito entre las escuderías y pilotos, el “taxi” español también destacó en los rallyes, como veremos, alzando al 1430 Especial 1600 y su sucesor, el 1430 Especial 1800 (FU 10), a convertirse en un hito para el palmarés de SEAT y el país. También tuvo una versión familiar con el 1430 Especial 1600 5 puertas.

En 1975 se lanza la nueva gama 124-D, más conocido como 124D Pamplona, por ser el primer vehículo de la marca en salir de la fábrica de Landaben, en Navarra, que SEAT compró tras cesar AUTHI la producción de su modelo (Automóviles de Turismo Hispano Ingleses), trasladando parte de su producción de la Zona Franca de Barcelona a la nueva factoría de Pamplona. A partir de ese momento, los denominados “FU” pasan ahora a ser conocidos por sus siglas de bastidor “FL”. Este nuevo modelo también tendría versión LS y Especial, que ya incluiría 5 relaciones de cambio.

La etapa FL fue muy destacada por sus éxitos en competición, que continuaron tras el cese de la producción, y por su gran agilidad, comportamiento, practicidad y buen precio que le alzaron como un producto estrella entre el público. Destaca el el 124 D 1800 (conocido como el FL 80 y FL 82), el 124 D 1600 (FL 45 y FL 40), o el 124 D 2000 (FL 90).

 

GÉNESIS DEL SEAT 124

Diseño, gestación y desarrollo

Estructura y características básicas

SEAT quería entrar en el segmento de turismos de nivel medio que ya se estaba asentando entre los países europeos, pero se encontró con un dilema: o lanzaba el 124 italiano, presentado en su país dos años antes, de configuración tradicional –propulsión trasera y motor delantero longitudinal–, o se decidía por esperar por lo menos un par de años más hasta que se presentara en el Salón de Ginebra de 1969 el Fiat 128, algo más pequeño y de tracción delantera; configuración por la que la competencia apostaba últimamente.

Pese a la transición a la tracción delantera, SEAT decidió finalmente fabricar el 124, resultando un éxito inmediato, no sólo por sus virtudes sino porque la competencia llegó algo más tarde: el Morris 1300 y el Simca 1200 no aparecieron hasta inicios del año siguiente, y hasta principios de 1970 no se lanzaría el Renault 12 de Fasa. Citroën, por su parte, retrasó bastante la producción del GS, que vería la luz en 1973.

La estrategia de SEAT con el lanzamiento del 124 fue muy acertada. Rápidamente acaparó todas las miradas de la sociedad española, con unas cotas exteriores bastante contenidas que superaba por poco los cuatro metros –4,04 metros de longitud; 1,61 metros de anchura y 1,42 metros de altura– y una distancia entre ejes de 2,42 metros, conseguía un gran maletero de 385 litros de capacidad, y una amplia habitabilidad interior que presentaba una anchura interior en las plazas traseras de 132 centímetros, permitiendo hasta tres personas atrás para viajar cómodamente,  rivalizando así con modelos más grandes como su hermano mayor, el SEAT 1500.

Su diseño era más moderno, dinámico y juvenil, la palanca de cambios de cuatro velocidades y excelente tacto se situó en el piso del 124, y su nivel prestacional era excelente con su alegre motor de 60 CV de potencia, que debe su agrado de funcionamiento a su baja cilindrada de 1.197 cm3, con un bloque cuatro cilindros y válvulas en cabeza con varillas y balancines de accionamiento, y un carburador de doble cuerpo en vertical. Asimismo, el reducido peso del SEAT 124 –855 kg–, ayudaba al conjunto a responder de manera inmediata y ágil, acercándose al comportamiento de un turismo deportivo.

La estructura del chasis del 124 era prácticamente la del SEAT 1500, presentando una conducción muy similar. Conservaba el eje rígido propulsor trasero, con suspensión de muelles helicoidales y amortiguadores telescópicos, una suspensión delantera con eje de brazos oscilantes, muelles helicoidales, amortiguadores hidráulicos telescópicos y barra estabilizadora, y una dirección de tornillo sinfín y rodillo, que conseguía un radio de giro mínimo de 5,35 metros. Sin embargo, destacaba por incorporar por vez primera, cuatro discos de freno, que en versiones posteriores incluirían ya dos circuitos independientes, y también por incorporar cinco apoyos para el cigüeñal, en lugar de tres como SEAT llevaba cabo hasta la fecha. El depósito de gasolina puede albergar 39 litros de combustible y neumáticos con medidas 155 SR-13 pulgadas.

CRONOLOGÍA DEL SEAT 124

Con la aparición del 124, SEAT ponía en el mercado español un turismo del segmento medio realmente moderno para los estándares de la época, dotado de un motor y un confort avanzados para la época, un precio económico y reducidos gastos de mantenimiento. Su motor de 1.197 cm3 ofrece 60 CV de potencia a 5.600 rpm, alcanzando una velocidad máxima de 140 km/h. Su éxito comercial hizo que la cifra de producción de SEAT alcanzara el millón de unidades. Sucedió el 15 de julio de 1969, cuando este 124 salió de la cadena de montaje conducido por el ministro de Industria. Acto seguido, SEAT sorteó el 124 "Un millón" entre los empleados de la casa, pero la casualidad quiso que la suerte sonriera a una señora que no conducía. De este modo, la dama se llevó el equivalente en metálico y el 124 "Un millón" pasó a integrar el patrimonio de la empresa, permaneciendo a día de hoy en la Colección de Coches Históricos de SEAT. Nunca fue matriculado y hoy se mantiene en impresionantes condiciones de originalidad, con apenas 492 km en el marcador.

El 124, que tenía un precio en España que partía de las 144.432 pesetas (con impuestos), contó con diferentes tipos de carrocería (4 y 5 puertas, y coupé de 2 puertas) y su producción se extendió hasta el año 1980. Junto a las versiones del 1430, se produjeron un total de 896.364 unidades, entre todas las versiones que detallamos a continuación:

En abril de 1969 aparece la versión familiar ranchera conocida como el 124 5 puertas, con una suspensión rediseñada, cambios en las luces posteriores, incorpora espejo retrovisor exterior, y su depósito de combustible aumenta hasta alcanzar los 45 litros totales. Las cotas externas sólo variaban en altura, pues el techo se elevaba un poco más. El peso, por muy poco, superaba los 900 kg de peso. Con el objetivo de conservar sus prestaciones, pese a transportar cargas más pesadas que en la berlina, el 124 5 puertas incorporaba un grupo trasero más corto, para darle brío y capacidad de conducción en ascenso.

En el Salón del Automóvil de Barcelona de 1969, se presentó el SEAT 1430, que también fue elegido como “Coche del Año 1969”. Un modelo exclusivo para España, que comparte con el 124 plataforma, carrocería y mecánica, aunque con un aumento del 20 % de su cilindrada, alcanzando los 1438 cm3 y evolucionando así su motor hasta ofrecer 70 CV de potencia (DIN), con el que alcanzaría los 150 km/h. También es novedad la incorporación de un alternador, en lugar de dinamo, y ve renovado su diseño frontal, que sustituye los faros redondos por faros dobles de forma cuadrada y una calandra de nuevo diseño. Detrás también se renuevan los pilotos, y los paragolpes incorporan una tira de goma por todo su ancho, que incrementan la longitud un par de centímetros. En el lateral destaca un junquillo cromado que recorre la cintura y unos nuevos tiradores encastrados. El SEAT 1430 calza de serie neumáticos radiales en llantas con orificios circulares, y el tren posterior abandona la trompeta atornillada al diferencial, dejando al aire el segundo tramo del árbol de transmisión, con una junta en cada extremo, y el control de reacción del par se encomienda a dos bieletas longitudinales situadas más al centro y más arriba que los brazos de empuje que ya existían. Se elimina la estabilizadora posterior, ya que la acción conjunta de brazos, bieletas y sus anclajes elásticos cumple dicha misión, consiguiendo así un conjunto mucho más ligero que antes, reduciendo la tendencia al rebote.

También en 1969 aparece la versión ‘Lujo’ con el 124-L, que incorpora un aparato de radio, nuevas combinaciones de colores, moqueta en el suelo, respaldos reclinables con un tapizado de mayor calidad, nuevos apoyabrazos, bandeja sobre parte anterior del túnel, molduras exteriores en ambos laterales, capó y tapa del maletero y neumáticos con banda blanca.

A finales de 1970 aparece el 124 Sport Coupé 1600 que, además de completar la gama 124 con tres variantes de carrocería, supuso todo un acontecimiento comercial, introduciendo un tipo de vehículo hasta ahora sólo soñado. Buena prueba de ello fue la consecución del premio “Coche del Año 1970”, alzando así a SEAT con tres premios consecutivos al Coche del Año en España.

El 124 Sport Coupé era un coche de carrocería coupé clásico de cuatro plazas, dos puertas y un potente motor de 110 CV (DIN). Este bloque longitudinal de cuatro cilindros y 1.608 cm3, tenía una culata con doble árbol de levas movidos por correa dentada y, por si fuera poco, la carburación estaba a cargo de dos carburadores Weber de doble cuerpo, uno para cada cilindro. Una configuración que sólo los deportivos más refinados de la época empleaban. Incorporaba, por primera vez entre los automóviles españoles, una caja de cambios de cinco velocidades (con la 4ª como directa y la 5ª sobremultiplicada). La plataforma era compartida con el 124/1430, aunque con tarados de suspensión específicos, y aumentaba en 6 litros la capacidad del depósito de combustible hasta los 45 litros.

Implementaba doble circuito de frenos, disco de freno en las cuatro ruedas, un tablero de mandos completamente nuevo –que incluía un manómetro de aceite–, asientos deslizantes con respaldo graduable y una lujosa tapicería de tejido exclusivo, y su inconfundible línea coupé con una altura reducida de 1,34 metros, que en el frontal montaba faros dobles y detrás, pilotos de diseño exclusivo. Su vida duraría sólo dos años hasta que, en 1973, se sustituyó por el SEAT Sport Coupé 1800, con un rediseño importante.

En 1972 se realiza un restyling apareciendo el 124-D, letra que no hace alusión al motor Diesel sino que sigue la denominación empleada en el SEAT 600. El 124-D mantenía las versiones Normal, Lujo y 5 puertas. Entre las novedades que traía el 124-D destacaban sus pilotos posteriores dobles y superpuestos, la rejilla del radiador que alternaba zonas cromadas y anodizadas en negro, y nuevos protectores de plástico en los paragolpes. Asimismo, en el aspecto mecánico incorporaba doble circuito de frenos, neumáticos radiales, mando de luces en la columna de dirección, termómetro de temperatura del agua, válvulas de renovación del ambiente interior, y tapizado mixto. Estas mejoras también se aplicaron a la versión familiar ‘5 puertas’.

La versión 124-D Lujo incorporaba, además, el tablero y el volante perteneciente al 1430, alternador que sustituye a la dinamo, servofreno, faro de marcha atrás, limpiaparabrisas con posición de funcionamiento intermitente, molduras cromadas en los laterales, y un ventilador de dos velocidades, tanto para calefacción como la ventilación.

Por su parte, el 1430 también recibe todas las mejoras del 124-D Lujo, añadiendo una nueva rejilla de la calandra, nuevos pilotos posteriores, nuevos tapizados, y nuevos parachoques con protección de goma en toda su anchura.

En 1973 llega el 124 Sport Coupé 1800, que estrenaba un motor 1800 de 118 CV, con un carburador de dos cuerpos, tablero de instrumentos con nuevos acabados, rediseño del frontal con una nueva rejilla y parachoques divididos en tres tramos, tapa portaequipajes que abre desde el nivel de plano de carga para facilitar el acceso, nuevos pilotos traseros y válvulas de aireación automática.

También en 1973 se presenta la variante 124-LS, que aumenta en 5 CV su potencia y 0’1 mkg más de par máximo, gracias al alzado de válvulas, entre otros. Esta versión sustituye al 124-D Lujo e incorpora asientos de terciopelo sintético y moqueta, y en el exterior, destaca el junquillo cromado acabado en punta de flecha que incorporaba el intermitente lateral.

Aparecen en marzo de 1973 nuevas versiones del 1430. La gama se desdobla en dos motores, el 1430 “potenciado” a 75 CV y el 1430 Especial 1600, que gracias al empleo del motor procedente del Sport Coupé 1600, aunque con una relación de compresión menor (8,9:1 para el 1430 1600, en lugar de 9,8:1 del Sport Coupé) y un solo carburador de doble cuerpo, vio incrementada su potencia de forma notable hasta los 95 CV. Sin embargo, el 1430 Especial 1600 era mucho más barato que el Sport Coupé 1600, mucho más práctico y más discreto, por lo que tuvo un gran éxito entre el público, aunque casi nadie lo llamase por su nombre comercial por ser tan largo. Fue conocido popularmente como FU 00 (“cero”), por su código de bastidor.

El FU 00 estrenaba en el interior una moqueta más gruesa y una lujosa tapicería de terciopelo sintético, de gran sujeción en los asientos delanteros, cristales tintados en verde, y las llantas de diseño especial, que refrigeraban un poco peor los discos que las llantas con agujeros circulares. Un dato curioso es que ni el precio ni el consumo se vieron modificados en el 1430 Especial 1600, en comparación con el 1430 anterior. Este modelo tuvo a finales de año su versión homologada en Grupo 2 para rallyes, y a principios de 1974 lo estaba en Grupo 1 –Turismo de serie–, lo que animó a muchos pilotos y equipos a competir este 1430 Especial 1600. También se acabó sumando la propia marca SEAT, dando origen a los triunfos en los Campeonatos de España y pruebas internacionales, como el Rally de Monte-Carlo.

Tras el éxito del 1430 Especial 1600, SEAT lanza a inicios de 1975 el nuevo 1430 Especial 1800, conocido como FU 10. Su cilindrada aumenta hasta los 1800 cm3, como indica su nombre y, además, su compresión pasa a ser de 9,8:1. En otras palabras, era el mismo motor que el del 124 Sport Coupé 1800. La intención primordial es la de conseguir su homologación en Grupo 2.

En agosto de 1974 se puso a la venta el 1430 Especial 1600 Familiar, una novedad en aquella época ya que no se estilaban los familiares deportivos como sucede ahora; razón por la cual tuvo un desarrollo comercial limitado, ya que se destinaron principalmente a patrulleros de la Guardia Civil.

En 1975, a pesar de haber lanzado ya su teórico sucesor -el 131-, se mantiene en producción el 124, con un rediseño caracterizado por unos faros rectangulares, unos pilotos traseros encastrados en la carrocería, y una nueva imagen de la calandra del frontal del vehículo. El 124 D supuso la remodelación del 124 y el 1430, unificando y simplificando sus respectivas gamas en una sola. Así surgieron las versiones 124 D LS, y 124 D Especial. Este último sería el equivalente al 1430, pero que ya incluiría cambio manual de 5 velocidades en 1977. También tendría una versión familiar que cesó su producción en 1976.

Este modelo se conoció más como 124 D “Pamplona”, precisamente por fabricarse también en la planta de Landaben, de donde saldría el primer 124-D el 22 de enero de 1976.

En enero de 1978 se anunció también el lanzamiento del 124 D 1600, conocido como FL 45, por su código de bastidor como pasó con los FU. Éste incorporaba el conocido motor biárbol 1600, preparado para usar gasolina de 95, con 93 CV y una versión preparada para gasolina de 90 octanos, el FL 40. Estos FL implementaban un acabado más limitado en cuanto a sus materiales, a fin de no competir con los 131 más potentes y lujosos.

También hubo un 124 D 1800, lanzado en octubre de 1976, que fue más conocido como FL 80. Este modelo, que en principio sólo iba a homoloarse como Grupo 3, finalmente también se homologó como turismo de serie en Grupo 1, con un gran éxito de pedidos por las escuderías y equipos. También se comercializó una versión mejorada del 124 D 1800, conocido como FL 82, que ya incorporaba dirección de cremallera y una barra de dirección más larga. En febrero de 1979 se pone a la venta una versión con motor de 1.919 cm3, bajo la denominación 124 D 2000, conocido como FL 90. Finalmente, en 1980 cesa la producción del 124 de forma definitiva.

EL SEAT 124 EN COMPETICIÓN

SEAT anunció en 1971 la creación de una copa de promoción basada en monoplazas propulsados por la mecánica del 1430, la Fórmula Nacional, conocida posteriormente como Fórmula 1430, que cambiaría para siempre la historia de la competición en España, ya que se convirtió en la mejor escuela de pilotos del país. Se formaron parrillas con decenas de coches, de fabricantes tan diversos como Selex, Lince, Cordoban, Hispakart o Etco y con pilotos como Cañellas, Villacieros, Canomanuel, Nogués, Molons, Zapico, Bäbler, Juncosa, el “Correcaminos”, De Villota, Martín Cantero, Sasiambarrena, García Galiano o Fermín Vélez. Los vehículos de competición disponían de un motor 1430 y la caja de cambios del SEAT 600. La primera carrera se disputó en el circuito del Jarama (Madrid) y fue un gran éxito, con 27 coches en la línea de salida. Asimismo, hubo una posterior Fórmula SEAT 1800, a partir de 1974.

La aventura de los SEAT 124 en los rallyes

Todo empezó en 1971, cuando SEAT creó el departamento de Vehículos Especiales en su fábrica de Zona Franca (Barcelona) para participar oficialmente en competición en 1972. El primer rally para el equipo oficial de SEAT fue el Criterium Luis de Baviera en 1972 en el que participó con un SEAT 124-1600, matrícula B-7169-F. La primera victoria llegó en octubre en el Rally RACE valedero para el Campeonato de Europa con Cañellas pilotando un 124-1600 TC. Antonio Zanini ganó el rally 2000 Viratges, pasando a ser el tercer piloto de SEAT.

Ya en su primera participación, el 124 de Cañellas-Ferrater se impuso en el Campeonato de España de Rallyes, a quien sustituirá en el palmarés Jorge Babler, que de nuevo con el 124 ganaría el título 1973. A continuación, Antonio Zanini ganaría los títulos de 1974 (1430-1600/1755), 1975 (1430-1840), 1976 (1430/124-1840), 1977 (124-1840/2100) y 1978, ya con el 131. Así, SEAT ganó el título de marcas entre 1973 y 1979. En este periodo, SEAT participó en 104 rallyes, con un total de 39 victorias y 96 podios. Con el 124/1430, Zanini fue además subcampeón de Europa de rallyes en 1976.

Sin duda, el SEAT 124 D Especial 1840 de Grupo 4 es el protagonista de la mayor gesta deportiva internacional de la marca hasta el desembarco de SEAT en el Campeonato del Mundo de Marcas de 2 Litros, en 1996, con el Ibiza Kit Car. En la edición de 1977 del Rallye de Montecarlo, los 124-1840 de Antonio Zanini-Juan Petisco y Salvador Cañellas-Daniel Ferrater acaban en la tercera y cuarta posiciones absolutas, respectivamente.

Los coches preparados por SEAT Competición, bajo la dirección técnica de Vicente Aguilera, demostraron su velocidad y robustez en la prueba de carretera más famosa del mundo. Y los pilotos del equipo que dirigió José Juan Pérez de Vargas exhibieron sus dotes y talento frente a los mejores del panorama internacional. Con unos coches directamente derivados de los de serie y frente a los potentes escuadrones oficiales de Lancia, Fiat, Opel y Alpine, y los competitivos Porsche privados, el trabajo y la preparación del equipo permitieron a SEAT codearse con los grandes. SEAT fue la revelación de la prueba al conquistar el trofeo al mejor equipo oficial participante.

El año pasado se celebró el 40 aniversario de la hazaña de SEAT Competición en el Montecarlo, y a tal fin SEAT Coches Históricos creó una réplica del SEAT 124-1840 de Grupo 4. El coche ha participado en las dos últimas ediciones del Rallye Montecarlo Histórico, 2017 y 2018, tripulado ni más ni menos que por Salvador Cañellas y Daniel Ferrater, una de las duplas protagonistas de la gesta de hace ya 41 años.

 

 

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